El tiempo reloj pasa
con el pulgar extendido
y me roza irónico las manos
que cuelgan del borde de la cama
Tengo los ojos tan abiertos que duelen
el alma se sacude dentro de mí
Voy a vivir y a quedarme así
jugando con la inmortalidad por mas de un año
Yo puedo más que esos, yo quiero más que estos
con mis alas de tela yo puedo aquello
aunque a veces del dolor no pueda mover el cuerpo
que descanso en la silla al sol.
Que placer me da observar que vibro y sangro
Que absoluta no dejo nunca de creer y volar
mientras cocino o canto
mientras voy de la mesa a la cama arrastrando libros
o camino perdidamente a la panadería del barrio.
Erika Madrid (Grupo literario SIGNOS)
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