Tiranía púrpura
sangre que se sujeta
a dientes en
callesdecallejones valientes
de teatro y represión
en una profunda melancolía
espesa donde van callando
los poetas al hablar.
Caminitos apretados,
donde el azul y el oro se anuncian
por momentos sobre la patria
y mis divagantes bosquejos.
Una fuente que se extiende
en lenguas y fullerías
con un vaivén de piehombre
sobre piernamujer
trabando y destrabando
exacto en el adoquín.
Y aún sobre Piadosos Aires
en medio de todo ese todo nada,
la extrañeza de un silbido
que dice siempre lo mismo
y callarlo de nada valdría.
Sabés lo que siento
y que no puedo echarelvistazo
ni apasionarme dentro
de esté maldito círculo metafórico.
Madrid. “Ayer Buenos Aires”
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