sábado, 3 de enero de 2009

Los

Los poemas de amor
que no logro sean derrotados
ni sus prácticas, me han agotado,
van indigentes al ras de la luz.

Quiero quitarme de encima
las lúgubres modas, las limosnas
tu aire y las ganas,
esa maldita manía de creer
sabérmelo todo.
Quitarme las manos y los ojos
para alcanzar el pacto.

Amaneció y yo no sé
que hacer con este sol
si actuará a mi favor o no
desconozco hasta mi rostro
ante la luz clara del nuevo día.

Yo que he vivido de noche
sin la noche y en pedida soledad
a veces con vos me escribo y me alumbro.

Todo

Tatuado tengo el cuerpo
con sangre y palabras que
no perecerán
soy eternamente verde
de los árboles el más fuerte
todos los soles posibles
míos son y me queman

Si, eso creo y más
y lo soporto como puedo
durmiendo en versos, comiendo
a destiempo tormentas y llorando
mía soy y de otros, otros como yo
otros como ellos y otros como otros.

Me duele absolutamente la vida
y esta misma me muestra
el límite azul y las naranjas ofertas
que me alimentarán eternamente.