viernes, 26 de octubre de 2007

Amor de salón

Paranoica milonga de dos
laboriosa combinación
entre escalones de sexo y
compás de bandoneón
zurciendo el deseo por el cuerpo
y en el piso del salón.

El copia sus ojos,
esos ojos de taller
donde el amor se moldea
en esa anárquica sin razón
que la gobierna.

Milonga raspera,
color del teñido vino
que después de tanto danzar
entre la copa y la lengua
rompe en un descuido con
la pasión expuesta entre
reveses de farolitos.


Madrid.

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