jueves, 13 de diciembre de 2007

Yo

Yo, a mí,
que con cada día
-porque sí- me ha
nacido un alma
y esas almas anteriores
han sido de libro y espada.

Yo, a mí,
de ingobernable crianza
y absoluta en las raíces
plantada en un ayer inapelable
que abre la boca monstruosamente
en ocasiones para probarme.

A mí me pesaron la
mitad del cuerpo en una
balanza y la otra media restante
es recién hoy, una en
treinta veces partes.

Me he probado sesenta pies
y sesenta manos,
tuve varios cuerpos, con
algunos fui sirvienta y
con otros casi Reina.

Madrid.

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