sábado, 20 de febrero de 2010

Despúes del filo

Se me cierra la boca
y un algo que me enseñaron
a llamar angustia, por momentos
me atrapa, por detrás ata mis brazos
y me suspende sobre mi única piedra
hasta agotarse ella y agotarme yo.

¡A veces que poco soy, Dios
y cuanto placer me da!
En los órganos y en el sexo
esa revolución de fuego me emociona.

Miro el reloj y luego me induzco
erguida a creer ser omnipotente
y en ese estado aun no descubrir
para que me sirven los ojos y la boca
para que me dieron los brazos y las
tripas en el estomago, para qué el sexo
ni para qué después del filo viene la sangre
que inevitablemente se expande.

Erika Madrid ( Grupo literario SIGNOS)

1 comentario:

.Ezequiel dijo...

genial tambien, me encanta.